5-Los sentidos en la PLV: el oído

A lo largo de las últimas semanas hemos estado hablando de la importancia de los sentidos en la promoción en el lugar de venta. Nos quedaría hablar del oído, el cual también tiene una gran importancia en el marketing y en las promociones.

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Desde la música que se pone en una tienda hasta los anuncios que se pueden escuchar por megafonía, todo tiene importancia y puede influir en el comprador. Está demostrado que una música lenta y relajante ayuda en aquellos establecimientos en los que es importante que el comprador esté durante un tiempo y se sienta a gusto antes de comprar, por ejemplo una tienda de jabones y productos para mimarse.

Por otro lado, música rápida ayuda a acelerar las compras en los locales en los que interesa que el flujo de gente sea rápido y variado. Es el caso de los grandes centros comerciales. Esta música activa al comprador y lo anima a moverse con rapidez, lo que favorece las compras impulsivas.

La importancia de la música ambiental se ve también en las tiendas de ropa para jóvenes en las cuales suena la música de moda para que se sientan a gusto y en su ambiente y esto haga que se predispongan a que lo que ven, les parezca modernos, acertado y en su onda.

Las promociones a través de los altavoces de los establecimientos son también muy interesantes. Por un lado, pueden recordar al cliente una buena oferta del día, para que no se les olvide o para que la conozcan. Pero también se pueden emplear para ofertas puntuales para quienes estén en el local en ese momento. Por ejemplo, un producto concreto tendrá una gran rebaja pero solo durante diez o quince minutos.

Este tipo de promociones, que se usan mucho en campañas como las de Navidad, hacen que el comprador no tenga mucho tiempo para pensar si el producto les interesa realmente. Se sienten afortunados porque son los que están en el lugar adecuado en el momento justo y eso les impulsa a aprovechar esa oportunidad, aunque al llegar a casa se planteen si necesitan realmente lo que han comprado.

Pero, ¿se puede estimular el sentido del oído a través de los expositores de las tiendas? Pues sí, también es posible en artículos concretos.

El oído y los expositores en tienda

Uno de los mejores ejemplos que podemos encontrar a cerca de cómo utilizar el sentido del oído en expositores es el del sector de los juguetes. Muchos juguetes para niños, sobre todo para los más pequeños, tienen su punto fuerte en los sonidos que emiten.

Muñecos que cantan, que cuentan cuentos, animalitos que reproducen los sonidos típicos o juguetes que, según el botón que se pulse, emiten diferentes melodías. Evidentemente, el comprador quiere comprobar todo esto y aquí entran en juego los expositores en los que se coloca el juguete de prueba, es decir, ese que todo el mundo puede tocar y comprobar.

Existen diferentes maneras de hacer esto, muchos fabricantes optan por el ahorro y lo que hacen es incorporar en las cajas de sus juguetes una ventana a través de la cual el comprador puede activar el producto para comprobarlo. Esto es económico, todos los juguetes pueden probarse, pero tiene también su lado malo ya que nadie quieren comprar algo que todo el mundo ha tocado antes y ha puesto a funcionar.

Las cajas pueden deteriorarse rápidamente y esos productos no serán comprados, todo el mundo escogerá los que están al fondo de la estantería, haciendo que un gran número de unidades acaben dañadas. Esto por no hablar de quienes, directamente, escogerán un producto que no haya podido utilizarse antes.

Otra desventaja de este método es que las cajas no destacarán por nada, ya que serán todas iguales. Sin embargo, si se opta por un expositor especial para el juguete de prueba se logran muchas ventajas. El cliente podrá probarlo y usarlo, pero cuando compre algo, sabrá que no ha sido utilizado previamente porque estará totalmente cerrado y precintado.

Pero, además, este expositor con el juguete de prueba, que no estará en ninguna caja, será mucho más llamativo y destacará entre el resto de juguetes empaquetados. No solo podrán escuchar sus sonidos, también podrán tocarlo y verlo por completo.

Cuando los niños acuden al establecimiento pueden coger el juguete con su expositor y usarlo, lo que hace que todavía se les apetezca más tenerlo y lo soliciten con más facilidad a sus padres, lo que potencia las compras por impulso, sobre todo en juguetes de pequeño valor, esos por los que no vale la pena discutir o soportar una rabieta.

En según que juegos, estos expositores pueden ir acompañados de otros refuerzos, como pantallas en las que se vea cómo se utiliza el juguete o como juegan con él diferentes niños.

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