4-Los sentidos en la PLV: el olfato

Los expertos en marketing saben muy bien lo importante que puede ser el olfato para las personas. Un olor puede traernos recuerdos sin tan siquiera pretenderlo: de repente nos viene un olor a humo y nos hace recordar las fogatas que hacíamos de pequeños cuando íbamos de excursión, por poner un ejemplo.

escaparates

Es evidente la conexión entre el olfato y los recuerdos pero también lo es con otros sentidos, como el del gusto. El olor a comida puede estimularnos el apetito de una forma asombrosa y el olor es parte importante del gusto. Si tenemos la nariz tapada perdemos gran parte de los matices del sabor de los alimentos, que nos resultan insípidos.

Es por eso que en muchos departamentos de alimentación colocan alimentos con un fuerte y apetitoso olor en lugares estratégicos. Todos hemos visto como en muchos supermercados se han instalado secciones en las que se hornea pan y algunos dulces. Todo esto se pone en la entrada del establecimiento para que, nada más entrar y antes de haber gastado nada de dinero, nos lleguen esos olores golosos y tentadores y caigamos en la tentación de comprar pan o bollería.

En la sección de fiambres, por poner otro ejemplo, es habitual poner platitos con chorizo o salchichón para que la gente lo pruebe. Pero el verdadero marketing está en el olor que produce, que hace que mientras se está esperando la cola se active todo el sistema digestivo.

Seguro que a todos se nos ocurren muchos ejemplos más de cómo se usa el sentido del olfato para vender productos de alimentación. Pero si hay otro sector en el cual el olfato es tanto o más importante este es el de la cosmética y la perfumería. Y en este terreno es donde los expositores juegan un papel muy importante, ya que son los que facilitan que el potencial comprador pueda oler lo que se le está vendiendo y, por tanto decidir si lo compra o no.

Los expositores de perfumes

Existen diferentes tipos de expositores de perfumes. En las perfumerías especializadas suele apostarse por un simple tester en la zona en la que está el perfume a la venta. Pero algunas marcas, cuando quieren destacar más sus productos, utilizan expositores especiales.

Hay campañas que pueden tener mucho éxito, como un expositor en la puerta de la tienda con un perfume de calidad. La gente puede pasar y puede probarlo, tanto con un cartoncillo como directamente en sus muñecas. Al no tener a los dependientes alrededor se sienten más libres de usarlo y, además, es el único tester a mano, no compiten con otros. Eso hace que lo prueben y que, tras llevarlo puesto durante un tiempo, puedan comprobar como queda en su piel, cuánto tiempo aguanta o si les gusta como huele en ellos, ya que los perfumes pueden cambiar mucho de una piel a otra.

En el interior de la tienda, un expositor es una manera de destacar por encima de otros perfumes y otras marcas que están ofreciendo sus productos. Puede destacarse un perfume en especial, con una promoción concreta que se esté llevando a cabo o pueden destacarse los diferentes perfumes de una marca, colocando los tester juntos para que la gente pueda comparar y ver la diferente gama de olores que se ofrecen.

Los expositores tienen que ser adecuados al tipo de perfume, dando al consumidor pistas sobre qué se les está vendiendo: un perfume exótico, algo sensual para usar durante la noche, un perfume elegante para todo el día, un olor deportivo y fresco para alguien joven…

Otros expositores para productos de olor

Existen otros productos en los cuales es importante el olor pero para los cuales no suele haber expositores. Un ejemplo son los ambientadores para el hogar. Cuando se compran, hay que hacerlo totalmente a ciegas, algo que no suele gustar a muchos consumidores. Si el olor que eliges para tu cuerpo es importante, también lo es el que escoges para tu casa y, lógicamente, no quieren equivocarse.

expositores pequeños

Una buena idea en estos casos son los expositores con cartones impregnados en el olor del producto. El cliente solo tiene que frotar en el cartón y notará inmediatamente el olor, sabiendo así si lo que compra le gusta o no. Este tipo de expositores con estos cartones de olor pueden ser una buena manera de que los ambientadores de una marca destaquen sobre las de la competencia, precisamente porque el cliente puede comprobar cómo huelen.

En algunos establecimientos se opta por abrir varios ambientadores, sobre todo los que tienen sistemas como el de varillas o el de mechas y dejarlos para que la gente pueda olerlos. Pero al haber tantos estímulos diferentes a un tiempo el ambiente se sobrecarga y eso hace que algunos clientes sientan más rechazo que atracción por esa sección.

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