¡Pruébame, Alicia!

¡Pruébame! Este es el lema del artículo de hoy y una de las claves para utilizar los expositores de cartón en ventas.

Para todos los que han visto “Alicia en el País de las Maravillas” las famosas galletitas en las que se podía leer “Cómeme” con totalmente inolvidables. Estamos ante una estupenda técnica de marketing ante la que la niña del cuento era incapaz de resistirse y darle un bocado al delicioso dulce.

Pruébame

Una técnica de marketing en la que podemos sustituir la frase de “Cómeme” por un más genérico “¡Pruébame!” que nos vale también para otro tipo de productos no comestibles. Y es que si hay algo a lo que el ser humano parece incapaz de resistirse es a probar algo de manera totalmente gratuita.

Los expositores de cartón son una estupenda manera de ofrecer productos para que el cliente los pruebe, tanto alimentos como cremas, maquillajes o incluso elementos de bisutería, gafas o complementos.

¡Pruébame y repite!

Si hablamos de algo comestible, el hecho de probarlo eleva considerablemente las posibilidades de que el cliente lo compre. Un ejemplo lo tenemos en los stands de muestras de los supermercados. Normalmente son expositores de cartón con forma de mesa en los que se ofrece una pequeña muestra de un producto.

pruébame

Quizás el cliente solo pasaba por el pasillo, pero al ver la prueba ahí nace en su interior el deseo de saber cómo sabe eso que está viendo. Si una azafata o un azafato de ventas le ofrece un poco, quizás sea el estímulo que necesita para alargar la mano y probar.

Dado que la muestra suele ser pequeña, el cliente se queda a menudo con las ganas de más. Si le gusta, ahora sabe cuál es el sabor del producto y le apetece volver a probarlo. Si a esto se une una buena actuación del comercial, es más que probable que esa persona se vaya a casa con un paquete con el que no contaba en su carro de la compra.

¡Pruébame y descúbreme!

Si hablamos de maquillajes, perfumes u otros productos, ver un expositor con testers es una atracción enorme para muchas personas que acuden a un centro comercial tan solo para dar una vuelta o para pasar el rato.

Pruébame

Los testers son una invitación a probar esos productos de belleza y quizás incluso pueda haber una experta que se acerque para ofrecerse a maquillar a la persona. Los resultados son tan buenos que es difícil no caer en la tentación de llevarse uno de esos productos que se han probado.

Y es que no es lo mismo verlos en su caja, por muy bueno que sea el reclamo para la venta, que probarlos y ver los resultados sobre la piel o sentir como casa un buen aroma con nuestro propio olor natural.

¡Pruébame y diviértete!

¿Has acudido últimamente a una juguetería a comprar algún regalo? Si es así, es difícil que no haya acabado por salir el niño que llevas dentro. Cada vez es más frecuente que en los haya un buen montón de juguetes invitándote a que los pruebes. Dentro de su caja de cartón, con un agujerito para que puedas meter tu dedo y pulsar sus botones.

pruébame

¡No hay fuerza de voluntad que se resista a ello! Sobre todo si el muñeco está sobre un bonito expositor y está totalmente abierto, para que puedas tocarlo, usarlo, probarlo y, fingiendo que lo haces solo por poder explicárselo luego al niño, disfrutar como si tuvieras seis años.

Y claro, ¿quién no se engancha a algunos juguetes una vez que sabe cómo funcionan? No en vano, actualmente el negocio de los juguetes está tan dirigido a los adultos como a los niños.

En definitiva, bien utilizado de este modo, los expositores de cartón son un ¡ Pruébame y estás perdido! Porque es difícil no acabar comprando algo que hemos tenido en las manos y nos ha gustado.

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